Aljibes de ladrillo. Las paredes de los aljibes de ladrillo tendrán un espesor mínimo de treinta centímetros, debiendo los ladrillos empleados ser de prensa, nuevos y de primera calidad. Queda prohibido usar ladrillos fracturados. El mortero empleado en la fábrica de las paredes se compondrá de una parte de cemento y cuatro de arena. La fundación de los aljibes se hará con una capa de hormigón que tendrá veinte centímetros en su punto de menor espesor y compuesto de 400 kilogramos de cemento, medio metro cúbico de arena y un metro cúbico de pedregullo. Estos depósitos de agua tendrán sus ángulos redondeados y serán revocados interiormente con una capa de mortero de cinco milímetros de espesor, como mínimo, compuesto de una parte de cemento y dos de arena, y lustrada prolijamente con cemento.