Los procedimientos de limpieza y desinfección, así como los productos empleados, deberán ser establecidos adecuadamente y aprobados por el Servicio de Regulación Alimentaria. La empresa deberá ejercer la supervisación debida para asegurar que los procedimientos establecidos se llevan a cabo en forma eficaz y en los intervalos especificados. Deberá verificarse la eficacia de los procedimientos de limpieza y desinfección mediante la vigilancia microbiológica de las superficies que están en contacto con los alimentos y de los útiles empleados para la limpieza.