MURGAS. La categoría Murgas es conceptualmente un natural medio de comunicación, trasmite la canción del barrio, recoge la poesía de la calle, canta los pensamientos del asfalto. Es una forma expresiva que trasunta el lenguaje popular, con una veta de rebeldía y romanticismo.
La murga, esencia del sentir ciudadano, conforma una verdadera autocaricatura de la sociedad por donde desfilan identificados y reconocidos los acontecimientos salientes del año, lo que la gente ve, oye y dice, tomados en chanza y en su aspecto insólito, jocoso y sin concesiones.
El contexto del libreto así como la crítica social, tendrá un nítido sentido humorístico, con ingenio, picardía y autenticidad.
La veta de protesta punzante, irónica, aguda, mordaz, inteligente y comunicativa es la estructura y la esencia propia de la Murga.
El panfleto o la demagogia como elementos integrantes de la misma le retacean creatividad y la despojan de la natural y espontánea autenticidad popular.
La mística de la Murga se mantiene en la medida de una natural autenticidad del libreto, que trasmita y logre crear una corriente fluida de comunicación con su auditorio, integrándolo y haciéndolo participar espiritualmente de sus canciones.
Distingue a la Murga, contrariamente al refinamiento artístico, que es sustancia de las anteriores, la mímica, la pantomima, la vivacidad, el movimiento, el contraste, la informalidad escénica y lo grotesco.
La sátira será cantada tomando temas conocidos con apoyo de solistas. El diálogo será apenas un esbozo para dar pie a las canciones. La inercia, inacción y en definitiva el quietismo y la regimentación escénica serán factores de empobrecimiento general del espectáculo. La pintura del rostro es fundamental para contribuir a lo absurdo del personaje.
La Murga deberá presentar originalidad y colorido, destacándose por la representación de personajes llamativos, sus dichos, modismos y situaciones en un permanente clima de bullicio, gracia, diversión y picardía. En suma, auténtica chispa popular a través de las cosas vividas.
Los instrumentos esenciales serán el platillo, bombo y redoblantes, pudiendo utilizarse otros instrumentos en carácter de apoyo musical por un lapso de hasta 3 (tres) minutos. La presentación podrá ser hablada.
La Murga podrá entrar de pleno en escena siendo muy importante el papel del director escénico que encabezará la movilización y la mímica contribuyendo al contagio de sus compañeros.
La canción de retirada trasmitirá el tradicional mensaje evocativo, romántico y comunicativo, que ha hecho perdurar a esta expresión carnavalesca, indefinidamente en el tiempo.
La escenografía será optativa, estableciéndose que la misma, no calificará en los puntajes del Concurso Oficial.
Estos conjuntos estarán compuestos con un mínimo de 14 (catorce) y un máximo de 17 (diecisiete) integrantes y sus actuaciones en los espectáculos del Concurso Oficial, tendrán una duración mínima de 35 (treinta y cinco) y máxima de 45 (cuarenta y cinco) minutos.
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