En todo establecimiento productor de huevos líquidos, congelados o deshidratados, inmediatamente antes del uso, debe efectuarse el lavado de los huevos con cáscara en flujo contínuo de agua potable y detergente, luego en agua conteniendo 150 mg/l de cloro activo y finalmente en agua potable. La exigencia establecida en el inciso anterior rige también para los establecimientos elaboradores de alimentos que usen huevos como ingredientes.